El primer aviso del hundimiento del consumo de gas por la industria y las grandes empresas españolas quedó plasmado el pasado mes de junio, tal y como adelantó Libertad Digital. En medio de todos los anuncios hiperoptimistas del Gobierno de Pedro Sánchez bendiciendo una supuesta recuperación «robusta», los grandes consumidores de gas constataban que la economía se sumergía en un parón y mostraban caídas medias que oscilaban entre el 10% y el 20%, con sectores que llegaban a reflejar parones del consumo en medición interanual de casi un 40%. Y el mes de julio ha agravado notablemente la situación y ha llevado los desplomes hasta un nivel medio del 31,8%, con tres sectores totalmente frenados: el textil, el de generación de electricidad con gas natural y el de refino. Sus caídas quedan entre el 44% y el 58% y confirman que los mensajes de Sánchez eran pura propaganda. Y, mientras, el presidente sigue anunciando más impuestos, subidas de cotizaciones sociales e incrementos de los costes laborales de las empresas.
El consumo de gas natural por las grandes empresas y la industria es un indicador económico adelantado difícilmente manipulable por los políticos y que muestra con gran fidelidad el nivel real de actividad que tienen y prevén tener esas compañías. Si no gastan en gas natural en sus factorías o empresas, es que la actividad ha empezado a caer y no prevén un repunte del consumo. Si ese gasto en gas se desploma, entonces es que la gran industria se prepara para una crisis de grandes dimensiones.
Y, por desgracia, lo que muestran los últimos datos oficiales del mes de julio recabados por el gestor técnico del gas es un desplome en toda regla. La medición es interanual, con lo que se trata del mismo periodo de actividad económica -el mes de julio, en este caso, de 2022 comparado con el de 2021-. Traducido: si se hunde el consumo de gas de la gran industria no es por factores de estacionalidad ni nada parecido. Dicho de otro modo, hay pocas probabilidades más allá de que una fuerte caída del consumo de gas esté anunciando una fuerte crisis.
Y los datos son los siguientes: el sector servicios cae un -7,6%; construcción baja un -12,5%; metalurgia lo hace en un -16,2%; la industria agroalimentaria se desploma un -20,5%; y el área calificada como resto de la industria lo hace en nada menos que un -23,4%.